Esta primera imagen pertenece al Cristo de la Exaltación, de la Real Cofradía de las Fusionadas. Hoy día, tanto el trono como su grupo escultórico, son más vistosos. La exaltación de la Cruz se ha representado con dos sayones tirando de cuerdas unidas a la Cruz y un sayón empujando en la base, en lugar de los dos sayones que vemos en la imagen, tomada en 1925.

El rostro del Cristo pudo recuperarse tras la destrucción sufrida en 1931, pero nuevamente un fatídico incendio destruyó por segunda vez todo el grupo escultórico en 1980.

A la derecha vemos la procesion de la Pollinica a su paso por la calle Císter (el edificio de la izquierda es el Palacio de Zea-Salvatierra) imagen obra de las hijas de Mena que pertenecia al Convento del Cister y que fue destruida en 1936.

Estamos en el entorno de La Catedral. Para situarnos, la calle estrecha está ocupada en la actualidad por los jardines de la Catedral. La casa mas saliente, hacía esquina a la calle del Cañon (era del XVII con patio central y balcones con bolas de piedras. Fue expropiada y derribada en la reforma de la Dictadura). Siguen a ésta otras dos casas que hacian esquina a la plaza de las Cadenas.

 

Como dato curioso, podemos contar que en el siglo XIX, las personas que aspiraban a ser hermanos de una cofradía debían reunir una serie de requisitos, como la "buena moralidad y ocupación honrosa", y no padecer "dolencias o enfermedades crónicas que pudieran acelerar el término de la vida". Hay que recordad que, en estas fechas, una de las funciones de las cofradías era la de actuar como mutualidades de seguro de enterramiento. Por ésto, cuanto mayor fuese la edad, más elevadas eran las cuotas de ingreso.

De hecho, los mayores de 50 años solo entraban se si comprometían a pagar las costas de su propio entierro. Las mujeres tenían cuota reducida. Los hermanos cofrades pagaban mensualmente el coste de una luminaria, además de aportaciones extra cuando moría algún hermano.

  

Jesús Cautivo ha sido procesionado en tres tronos desde que fuera tallado en 1939 por José Martín Simón.

El primero de ellos era de concepción muy sencilla, como vemos en la foto de la izquierda. En 1941 fue llevado por hermanos que vestían trajes oscuros en vez de túnicas. Tres años más tarde, salió en un trono mejor, obra del malagueño José Fernández Calderón, que vemos en la imagen de la derecha. Los hermanos fueron sustituidos por los tradicionales hombres de trono con túnica y faraona.

Actualmente se procesiona con un trono de 1953.

  
     
   
Aquí tenemos a un crucificado en la Alameda Principal, en un momento   de descanso. Es curioso ver, al fondo a la derecha, un autobús de la compañía Portillo delante de sus oficinas. (1931)
   
Virgen del Rocio en su primera salida procesional en 1931, sobre un original trono modernista.
   
Entrega del pendón morado de Castilla al hermano mayor   de la Archicofradía de la Sangre, en la Plaza de la Merced (años 20 del siglo XX).
   Procesión del Resucitado por la tribuna de la Plaza de la Constitución, en 1930.
 

En la foto situada más a la izquierda tenemos al trono del Cristo de Mena, obra de Francisco Palma García, preparado en el interior de santo domingo, en 1916. Esta figura fue destruida en el incendio de la mañana del 12 de mayo de 1931.

La congregación, reorganizada en 1939, volvió a salir a la calle en 1942 con una nueva talla, que vemos en la segunda foto. Esta imagen, del imaginero malagueño Francisco Palma Burgos que no de Mena, es la que actualmente se procesiona cada Jueves Santo.

     
   Manto de la Virgen de la Esperanza en el interior           de Santo Domingo en 1930
 Cristo de la Puente del Cedrón en la Iglesia de San Juan, antes de 1931
 
Anteriormente a los años 20 del siglo XX, los tronos no tenían aún las grandes dimensiones de los actuales. Todos salían de sus respectivos templos. No tenían patas. Estas eran llevadas durante el recorrido procesional por los hermanos correistas, y durante las paradas las colocaban y servían de soporte al trono. Éstos eran llevados entonces por entre 14 y 25 hombres de trono.
 
A partir de 1915, aparecen los primeros tronos suntuosos con una mayor riqueza ornamental y tamaño. Como novedades, se empiezan a usar la luz eléctrica y el acetileno. Con el aumento de tamaño de los tronos, desaparecen los hermanos correistas y son sustituidos por más hombres de trono, que por aquella época eran normalmente mercenarios cargadores contratados, procedentes del puerto.
 
                     
La calle Ancha del Perchel fue escenario del paso de María Santísima de la Esperanza (primera foto). La ampliacion de su recorrido para que pasara por esta calle originó una fuerte discusión entre los archicofrades en 1924. Un abarrotado pasillo de Santo Domingo le daba la bienvenida a la Virgen en la mañana del Viernes Santo de 1924 tras su largo recorrido (segunda foto). Destaca, ya por entonces, la majestuosidad de su trono.
 
             
Nuestro Padre Jesús del Santo Suplicio, que salía de la Ermita de Zamarrilla. Representa el momento en que Jesús es despojado de su túnica. Tras su destrucción en 1931 fue sustituido por el actual Cristo crucificado.  La fotografía es de 1925.
          Vemos arriba al Cristo Resucitado en procesión en la Plaza de la Merced, en el año 1925. Destaca en esta foto a la izquierda la Iglesia de la Merced, hoy día inexistente. También vemos más al fondo el tejado del Teatro Cervantes.
 
   
Nuestra Señora de la Soledad y el Santo Sepulcro, en 1925
 

No sólo las imágenes y los tronos han cambiado durante este tiempo. Antes de la apertura de la Calle Larios, no existía un itinerario oficial propiamente dicho, aunque sí que había dos lugares de paso obligado: la Plaza de la Constitución y la Santa Iglesia Catedral, donde realizaban su acto penitencial numerosas cofradías. Otros actos se hacían más esporádicamente, como la tradicional liberación del penado por Nuestro Padre Jesús El Rico, y algún otro desaparecido, como la representación de La Pasión en la Plaza de la Constitución por los tronos de la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno del Paso.

Con la apertura de la Calle Larios en 1890 es cuando los itinerarios se modifican, y a partir de este momento empieza ya a hablarse del recorrido oficial. Además, debido a que cada vez los tronos eran mayores en tamaño, se van abandonando las calles pequeñas en favor de las vias anchas y regulares, y los recorridos se acortan.

 
   
María Santísima de los Dolores de la Cofradia de la Expiración,  al alba en la Alameda Principal, en 1925
   
Jesús Nazareno del Paso, en la Iglesia de Santo Domingo
 
Hoy día, la Semana Santa de Málaga, a pesar de cíclicas y temporales "crisis", continúa su vida con nuevas cofradías, nuevos hermanos, y sigue siendo una importante semana religiosa, cultural y turística para toda la provincia malagueña.
 
Si desea leer más profundamente sobre la historia de nuestra Semana Santa, le recomiento este enlace: Historia

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